Durante los años 80, y en medio del boom de artistas nacionales en Venezuela, uno de los factores más importantes para la promoción de artistas fue el lazo entre radio, televisión y disqueras, un tándem que fue imprescindible para el éxito de quienes supieron aprovechar la ola comercial. Así, las grandes televisoras pusieron a sonar a diversos artistas en los créditos de sus programas estelares (telenovelas, en su mayoría) haciendo que sus productos tuvieran la difusión necesaria para ser consumidos a grande escala.
Uno de los grandes beneficiados no fue baladista ni rockero, nada de eso, sino nada más y nada menos que uno de los más grandes exponentes del folklore oriental venezolano: Gualberto Ibarreto, quien se probó como bolerista en este disco, aprovechando el inmenso éxito que tuvo el sencillo Ladrón de Tu Amor, tema principal de una de esas telenovelas que produjo en serie el canal Radio Caracas Televisión.
Después de una década trabajando en la difusión de la malagueña oriental, la jota carupanera, el galerón margariteño entre otros, a Gualberto se le dio la oportunidad de salir de su zona de confort para interpretar un género en el que sorpresivamente -para el público y probablemente para uno que otro productor- se manejaba con bastante comodidad. Así temas hechos para la ocasión (principalmente por los grandes compositores Luis Guillermo González y Enrique Hidalgo, productor del álbum además) lograron colarse entre el público que corrió a adquirir este disco en su primera edición, creyendo erróneamente que iban a conseguir el tema mencionado en el párrafo anterior, cayendo así en una de esas trampas que a la vuelta de los años dan más risa que otra cosa, ya que el sencillo se había incluido en otro disco publicado un poco antes (esta vez con música folclórica pero que presentaba a un Gualberto sin su atuendo característico, posiblemente con la intención de irlo presentando ante un público mayoritario... estos tipos eran unos genios, no me canso de decirlo). Sin embargo para las posteriores ediciones de este álbum tuvo que incluirse el Ladrón de Tu Amor, ya que se convirtió en un éxito desproporcionado, en parte gracias a la versión en salsa que hizo Louie Ramírez.
De igual manera, y para no olvidar que se trataba de un cantante folclórico, se incluyó la malagueña Busca Otro Amor, tema de relleno y arreglado de una manera muy poco ortodoxa.
Lamentablemente este sería la última entrega discográfica de Guialberto en esa década y su carrera a partir de este momento se vio estancada por sus problemas personales que le hicieron perder condiciones vocales, situación que se volvería irreversible con el paso del tiempo.
01. No juegues con mi amor (Enrique Hidalgo / Luis Guillermo González)
02. Ella era mi vida (José Medina)
03. ¿Entonces qué? (Enrique Hidalgo)
04. Milagro de amor (Homero Parra)
05. Si alguien lo quiere saber (Enrique Hidalgo)
06. Dónde (Carlos Rengifo)
07. Sabes (Francisco Díaz / Gualbero Ibarreto)
08. El mejor de los mundos posibles (Enrique Hidalgo)
09. Ahora es mi turno (Enrique Hidalgo / Luis Guillermo González)
10. Busca otro amor (Folklore / Gualberto Ibarreto)

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